Inmensa negrura
te cubre, humano. Te llena, te rezuma, te inunda hasta el último poro, hasta el
último rincón de pasada pureza. Qué desperdicio de vida. De vida un día libre,
de vida paradisíaca, armónica, alegre, bondadosa, altruista, luminosa… viva.
Pero tú, humano… prefieres tu chapapote. Tu negrura, tu vicio, tu indiferencia,
tu egoísmo. Hasta tu ego salió corriendo en busca de otra vida mejor, por eso
te identificas con él y lo maltratas a un tiempo…
Especie hija de
lo divino, humano… así te llamas, así quieres verte. Pero eres un primate, eres
un animal como el resto. Sin embargo, humano, en algo no eres igual al resto de
animales: eres un animal sin inocencia, un animal perdido de la unión con el
Todo. Un animal en definitiva, defectuoso, roto, desvirtuado.
Humano, qué bajo
has caído. Cómo les cortas las alas a tus inocentes crías para que acaben como tú.
Llenas de chapapote. Llenas de oscuro, llenas de vacío, llenas de dolor y de
adicciones para tapar ese vacío y ese dolor.
Humano, humana,
¡qué absurdo mundo habéis creado, del paraíso que se os regaló y se os regala!
Cómo torturáis a las demás criaturas, y cómo os torturáis unos a otros. Y cómo
crucificáis, encarceláis, castigáis, a quienes vienen a enseñaros mejores
formas. Cómo adoráis vuestro chapapote como si fuese un dios. Cómo lo protegéis
como si fuese el anillo del poder, corrompiéndoos cada momento más hacia el
infierno verdadero, que está en la vida del no querer ver, del separar y
dividir, del mentir y ocultar, del no escuchar, del mataros y dañaros entre
vosotros, del comeros a vuestros hermanos de otras especies, del haceros daño a
vosotros mismos.
Humano, ¿qué
clase de lógica te guía? ¿Qué es, qué tiene esta negrura que te embadurna y te
embriaga, para que la adores de esta manera? ¿Qué tiene el chapapote, que lo
prefieres sobre la felicidad, la tuya y la ajena? ¿Qué tiene el vicio, que te
vale más que una vida?
Humano, he visto
tu luz a través del chapapote. La he visto demasiadas veces como para
ignorarla. La veo en tus cachorros, y en aquellos pocos humanos que, bien no llegaron
a embadurnarse por no perder la inocencia, o bien lograron lavarse con gran
esfuerzo. La he visto momentáneamente hasta en los humanos más terriblemente
carcomidos. Sé que está ahí; la conozco. Pero la negrura hiere, desgarra,
aturde, hace huir.
¿Cómo puedes,
humano, ser un momento tan capaz, tan dulce, generoso, altruista, creativo,
vital, inspirador… y al momento siguiente tan rastreramente cruel, mezquino,
indiferente, crudo, frío y distante…?
Humano… ¿hasta
cuándo esta barbarie?
Humano… basta ya.
Nieve Andrea, Oct
2017
Desgraciadamente, gran parte de la Humanidad, vive sumergida en ese chapapote del que hablas y no hacen nada para librarse de él, los sentimientos, la moralidad, la ética, la decencia, la honestidad, etc. etc. se hunden en esa negrura pestilente.
ReplyDeleteBesos
Claro, por eso ya va siendo hora de que cambien de dinámica, y rápido además...
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