A la figura del castañero le dedico esta
noche (en la calle Comedias de Pamplona)
La
lluvia cae, maquinista.
Con el
fogón de tu locomotora
asas
las castañas al son de la emisora
que
escuchas cada día.
Castañas.
Olor, recuerdo.
Memorias
olvidadas
en el
seno de unos años
ya
perdidos en el tiempo,
lavados
de mi mente
por lo
que ha llovido desde entonces.
Maquinista
de Comedias,
-calle
que suena a risa-,
¿no
serás comediante?
Maquimedias,
comemista,
oler
tus castañas
es para
narices delicia.
Castañero,
tu locomotora
me
encandila.
Tomaré
un día un vehículo tal
para
iniciar mi carrera.
El
único tren
puntual
y a la vez
eternamente
tardío.
El que
no se deja a nadie en tierra,
porque
a nadie recoge,
ése, es
mi tren.
Nieve Andrea, 19 octubre 2004
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