Wednesday 29 November 2017

Rima en Deja Vu

Esos momentos deja vu,

eternas repeticiones,

números de la vida,

cíclicas espirales,

“coincidencias” y totales CAUSAlidades,

no son sino rimas, cadencias armonizadas

del gran poema de la existencia…




Nieve Andrea, 29 Noviembre 2017

(¡La vida me está rimando!)

Una Semilla para el Sol

Vibra la esencia bajo el suelo invernal.

Nadie muere. Nada está inmóvil.

No del todo…


Duerme aletargada la existencia

de un nuevo camino, visión, punto de luz…

durante eones silenciosos, eternos…

…hasta que un día se inspiran las almas.


Bailan, sonríen, se aman en círculo tribal.

Crean, viven, sienten, brillan cada vez más.


Chispa mas chispa mas chispa,

al unirse forman la llama primera.

“¡Súbanse al barco, todos a bordo!”

se escucha animar a las gotas luminosas.

En remolinos inspirados por unir el océano,

sueñan con llenarlo de la magia que ya contiene,

levantan olas celebrando lo espumoso de su presente…


…y cuando ese sueño se manifiesta, danza cristalino el SER.






Nieve Andrea

29 Noviembre 2017



Friday 10 November 2017

Maquinista de Comedias

A la figura del castañero le dedico esta noche (en la calle Comedias de Pamplona)

La lluvia cae, maquinista.
Con el fogón de tu locomotora
asas las castañas al son de la emisora
que escuchas cada día.

Castañas. Olor, recuerdo.
Memorias olvidadas
en el seno de unos años
ya perdidos en el tiempo,
lavados de mi mente
por lo que ha llovido desde entonces.

Maquinista de Comedias,
-calle que suena a risa-,
¿no serás comediante?

Maquimedias, comemista,
oler tus castañas
es para narices delicia.
 
Castañero, tu locomotora
me encandila.
Tomaré un día un vehículo tal
para iniciar mi carrera.

El único tren
puntual y a la vez
eternamente tardío.
El que no se deja a nadie en tierra,
porque a nadie recoge,
ése, es mi tren.



Nieve Andrea, 19 octubre 2004

Wednesday 8 November 2017

Cradle on the Ocean

Up and down the ship went, like a massive rocking cradle among the vast foamy waves in the dark. I will always remember that epic stormy night, when we finally crossed the sea and made it to the UK -at last!

After such a long wait, our time had come to make it to Cornwall. Just like a mythical promised land, magical Kernow was waiting for us at the end of that almost biblical journey out of Egypt… sorry, out of Ibiza. Crossing the sea was just the last part of the adventure -before that, it had been endless days on the road, across Mainland Spain, then France, under the blinding pouring rain flooding the highways, and driving among dozens of lorries passing by at warp speed next to our overloaded car. Half of Europe was travelling on those highways it seems... Among the splashing and humming, you could hear them blow their horns in every language -yet it was easy to understand they all meant the same: “Get out of the way, you're going too slow!”.

But after the endless frightening ride, we were finally on that blessed ferry, safely on our way to the land of pasties and piskies. As we left the shore, and as night began to paint our life dark blue, the waves started dancing to their shamanic song, and took the ship away with them, up and down, and up again, in and endless trip under the stars, lost in that almost hypnotic rhythm of salty water drops in the dark.

That huge ferry was rocking like a tiny cradle in the middle of the ocean, making it all ever so pleasant... for those who didn't get seasick. The truth, however, is we were around 5 non-seasick people out of a hundred who did get sick... It wasn't a pleasant sight, I must admit. Yet nothing could disturb the awesome peace of being embraced by the sea storm and cradled to sleep. I wish I could have showed them how…

There was one question in my mind: why were those kids feeling sick in the arms of Mother Sea, who was sweetly rocking us all, as though she was singing a calming lullaby with the foamy sounds of her waves? Were they missing their Mother Land, maybe? Were they lost children in the wrong arms, perhaps?

The answer never came. Not even when dawn paled the sky as we arrived to Plymouth.

I would have stayed on that boat forever. I miss that night of sweet slow swinging, just lying on the carpeted floor wrapped in that old blanket, feeling the powerful energy of the living water sustaining a huge piece of metal that was miraculously floating on the surface. Of course that piece of metal was actually our ship... but it's still surprising how such a dense thing can stay on the water without sinking. I guess miracles are just that -unexplain
able magic in our daily lives. Like a night on a ferry from Brittany to Plymouth.

And still... how I miss my cradle on the ocean...

Nieve Andrea, Cornwall (UK), 2013


Monday 6 November 2017

El tren que no quiero coger

De todos ellos,
existe un tren oscuro
que no busco.

Un tren lóbrego, misterioso,
sí, en ocasiones seductor,
dentro de su silencio,
llevando en su barriga
los más variopintos personajes.

Sin duda, como muchos,
por curiosidad lo visitaría
-en billete de ida y vuelta,
si es que esto fuese posible-;
pero es que aquellos raíles
que se pierden entre la niebla
del ayer y del hoy y del mañana,
no hablan de retorno alguno...

Es más,
con grandes letras
en su costado anuncia:
"De ida, mas jamás de regreso:
reserve hoy su viaje definitivo."

En extraño estado quimérico
observo el tren de humo,
a veces casi etéreo;
amigos y desconocidos por igual
abordan sin aviso,
sin quererlo muchos,
sin despedirse los más.
¡Otros ni lo vieron venir!

Todo lo que queda
cuando esto sucede
es desearles buen viaje,
-desde prudente distancia-,
si es que en el último momento
vuelven la vista a través de la ventanilla,
y el humo del carbón,
la tierra, las cenizas incineradas,
no se confunden con la niebla,
difuminando sus últimos horizontes
en el viaje de regreso a...

…Infinito Innombrable.

He aquí un tren que no quisiera coger.
Si se me permite la opción.
Si es que Alguien o Algo, al oírme,
asiente desde el seno del Cosmos.

Aquel vagón que parece esperarme cada vez que pasa,
mientras otros suben casi en estampida,
agolpándose con prisa,
algunos incluso sin pasaje,
en su eterna ansia de un curioso retorno
al estado desconocido...

Pueden quedarse con él, muchas gracias.
Suyo es mi asiento y mi tiquete,
tomen también mi pasaporte…

Tantas veces como pase aquel tren,
desde hoy hasta el fin de los tiempos.

No diría miedo.
No diría desconfianza,
tampoco falta de fe.

Simplemente,
no tengo intención de marcharme.

Quizá costó demasiado venir,
para irse tal cual, como si nada.

O tal vez, simplemente,
es que Ya Estoy ALLÍ...
desde AQUÍ.

Nieve Andrea, 13 Nov 2013




Friday 3 November 2017

Seguiría estando todo


Si yo me acabase ahora,
si el mundo muriese hoy
o si estos instantes terminaran,
¿qué importaría?

Nada podría negar, tapar, borrar, anular ese día en que, ocioso, el bohemio de una mente desconcertada surgido, mirando la luna, acabó encestándosela en un ojo, de tan redonda que la vio.
No habría modo alguno de abortar la idea de que una nuez sin cáscara es como una cáscara sin nuez, o de lo que asombra conocer al bromista que replica desde los parajes lejanos cuando se grita hacia ellos, o lo peculiar de ese mundo vuelto del revés que busca con urgencia un reflejo para ser propiamente un mundo.

Si nuestro Hoy se convirtiese,
por capricho o mandato,
en un Ayer…
… o en un Sincuándo, tal vez,
¿importaría?

Si ese tuerto y ocioso bohemio, asomado al horizonte y sospechando, decidiese entonces viajar al tiempo –con su luna encestada todavía, transformada en ingenioso cuarto menguante-, a esos momentos de nueces descascaradas, lunas menudas, ecos y días encajonados casi unos dentro de otros, así como soles de eternidad… sin duda me encontraría a mí entre ellos. No me faltarían por faltarle a la existencia, aunque se olvidase para siempre
cada detalle,
personaje,
emociones y horas,
vidas e historias,
flotando livianas entre un sinfín y medio de Nadas que creciesen frondosas en el Vacío, floreciendo bellas inexistencias que esperasen ser por todos ellos polinizadas.

Seguiría estando todo.
Todo sigue estando.
Ha sido; es.


 Nieve Andrea, 3 febrero 2005


Thursday 2 November 2017

Caleidoscópico Jardín

Variada tribu de genes, pasos, dimensiones…
Diversidad de personajes circenses en unísona danza,
caleidoscópico jardín que crece bajo sol y lluvia:
un mismo rico suelo alimenta
distintas ramas, hojas y flores,
y es cada una de ellas perfecta e irrepetible.

Estilos, ideas, artes de mil y una formas,
se entrelazan y recombinan
formando elegantes laberintos,
perfumados y coloridos rosales sonoros.
Belleza que supera toda espina,
realzando los pétalos de cada corazón
que forma esta milonguera familia.

Unidos por un mismo sueño,
y tantas historias como seres lo viven…

Así es el alma del Tango en Pamplona.


Nieve Andrea, 31 Octubre 2017
Cuadro: "Tango on the Roof" by Nieve Andrea https://nieve-andrea-sadaba.pixels.com/featured/tango-on-the-roof-nieve-andrea.html